
Ella al fin me vio allí perdido,
dude por si no era el elegido
pero su mirada me rozó
y su brazo me lo confirmo.
Ya no había noche
solo luz existia
ya fuera de estrellas o estrella
con ella siempre reía.
Ahora el tiempo es nuestro
la vida es nuestra
suya y mía;
los dos en el universo.
Me dan ganas de recitar al sevillano
pero me paro al recordar
que el solo pudo amar
a quien no le correspondía.
Ese no es el caso de este catalán,
mi amor correspondido está
y por cien años más recitaran,
un amor que tan vivo está.
